Los espacios de la UCI pediátrica del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia han visto como sus colores y mobiliario estándar se transformaban de forma radical; sus grises asépticos han pasado a ser suaves colores pastel y sus estancias les han dado la bienvenida a cómodos sillones y mesitas auxiliares. Además, sus paredes ahora lucen una original decoración que evoca la tranquilidad y desconexión que solo ofrece el hogar y la naturaleza.
Junto a la Fundación Aladina y el estudio de arquitectura Dosideas hemos desarrollado este proyecto en el que el principal objetivo ha sido conseguir influir muy positivamente en el estado de bienestar emocional de los usuarios mediante espacios más amables y confortables que se alejaran lo máximo posible de la idea de hospital.
“Fundación Aladina tiene una vinculación muy especial con los Cuidados Intensivos Pediátricos y con el Hospital Virgen de la Arrixaca. En una visita a la UCI de este centro vimos que la zona de espera era fría e incómoda y que las familias necesitaban urgentemente un espacio confortable en el que poder descansar y tener intimidad.”
Hasta ahora, los familiares que acompañan a los pacientes podían llegar a pasar largos días sin salir de las habitaciones y las únicas zonas que tenían para poder desconectar de estos espacios eran los pasillos del hospital, sus cafeterías o alguna sala de espera externa. Es precisamente una de estas salas de espera externas en las que se ha intervenido para que actúe como refugio, un espacio para ellos, en el que desconectar, pero sin dejar de estar al lado de quienes más los necesitan.
Según cuenta la directora de la Fundación Aladina, es fundamental crear espacios verdaderamente humanos que estén a la altura de las instalaciones y el equipo médico; en los que las familias que atraviesan una de las situaciones más difíciles de sus vidas puedan encontrar un poco de paz y descanso. Y, en el caso de los pacientes pediátricos, es esencial cuidar a la familia al completo: “Necesitan entornos que minimice su malestar psicológico y el estrés asociado a la enfermedad y a su tratamiento”.
La Fundación se puso en contacto con el estudio de arquitectura Dosideas con la intención de darle un aire completamente nuevo a estos espacios. Con este ilusionante proyecto entre manos, decidieron contar con nosotros para llevar a cabo una colaboración en el proceso creativo, en el proceso de producción, así como en el montaje de todas las piezas que componen el proyecto.
“La idea del proyecto consiste en crear miniespacios que se conviertan en espacios de intimidad independientes y confortables, en los que cada persona pueda crearse una atmosfera de descanso propia.”
Hablando con el equipo de Dosideas vimos claro que el lugar por excelencia del confort es el hogar. Fue a raíz de esta relación conceptual por la que decidimos transformar estos espacios en pequeños pedacitos de casa. Para ello, tanto la elección del mobiliario, como el revestimiento de la pared y suelo, así como la iluminación con luz cálida, fueron imprescindibles.
“Todo ello contribuye a favorecer el descanso y la recuperación y la sensación de poder estar como en casa”
A lo largo de la pared y parte del suelo de la sala de espera hemos delimitado cuatro espacios individuales con cuatro siluetas de casitas en madera y vinilo decorativo. Cada uno de estos espacios cuenta con sus sillones reclinables, con lámparas con acción individual para que el usuario pueda controlar cuando usarla, mesitas auxiliares para poder dejar pertenencias, perchas y estanterías para generar la mayor comodidad.
También con vinilo decorativo, hemos cubierto las paredes con la ilustración de un frondoso bosque en tonos verdes claro. Además, los marcos de las puertas están recubiertos con vinilo imitando madera.
“No hay mayor tranquilidad que la que trasmite la naturaleza y el hogar, de ahí la importancia de representar ambos conceptos mediante texturas, colores o el mobiliario”
Si las casitas son importantes para dar esa sensación de hogar y no de hospital, la función de los árboles también es fundamental. Hemos querido representar la naturaleza, con madera y con las formas concretas de los árboles. La madera por su lado aporta textura, aunque parezca imperceptible la madera aporta mucho a nivel sensorial (su tacto, su textura nos reconforta, nos conecta con nuestro entorno más cercano y natural). El bosque es el lugar común con el que todas las personas sentimos conexión; un lugar tranquilo que nos ayuda a rebajar el estrés.
“La intención era crear un lugar tranquilo, relajado, donde los familiares pudieran cargar un poco las pilas. Un refugio donde pudieran alejarse de todo y estar en paz. De ahí nace el concepto de estas casitas de madera en el bosque”
La consulta anexa de padres también se ha visto completamente transformada. Donde antes había una mesa de escritorio y unas sillas, ahora hay unos acogedores sillones enfrentados y separados por una pequeña mesita auxiliar. Con ello, ha dejado de tener aspecto de consulta médica para ser un ambiente más cómodo y más cercano.
“Con la remodelación de la sala anexa se pretende generar un espacio de cercanía y proximidad entre los padres y el cuerpo médico para atender a las noticias sobre el estado de salud de los ingresados”
El resultado han sido dos espacios completamente renovados con una decoración orientada al confort y al bienestar emocional de los familiares que usen tanto la sala de espera como la consulta anexa.
¡Muchas gracias a la Fundación Aladina por confiar en nosotros para un proyecto tan importante!